La Pasión en las Figuras (I)
Como dice Fernando Lepe, Pregonero de la Semana Santa de La Palma del Condado en 2009, ”…se acaba la semana de 40 días”.
Pues es verdad. Son cuarenta días de preparación personal, para una vida plena, que parece fueran sólo siete.
Y comienza la cuenta atrás.
La cuenta para una semana más.
La Semana Santa dura todo el año. Es trabajo continuo para que, durante esos días grandes que van desde el Domingo de Ramos al de Resurrección, nuestros queridos vecinos y visitantes disfruten. Piensen en la Pasión de Jesús.
Cuando vean nuestras figuras en nuestros pasos, vean a su salvador. ¡Que le recen! Pues le estarán rezando a EL directamente.
Que nuestro trabajo sea tan simple como presentarles al mismísimo hijo de Dios.
Preparamos y vestimos imágenes realizadas por las manos del hombre, para que quienes las contemplen, presencien la magnificencia del poder supremo.
¡Tan sólo tenemos un año para conseguirlo!
¡Este es nuestro reto!
Cuarenta días de penitencia, ayuno y tentaciones. Tras ellos, su pasión.
Fueron cuarenta días de preparación a la consumación del TODO. Entrega sin fisuras a la voluntad del Padre.
Para nosotros, esos cuarenta días son de respeto por lo que se avecina. Para que nuestras figuras iluminen la vida de manzanilla.
Son cuarenta días de trabajo acelerado, pues en tan sólo un año, no se ha conseguido preparar su camino. No se ha conseguido cumplir con nuestro propósito de mejorarnos. No se ha conseguido pedir perdón por nuestros fracasos. No sabemos si hemos obrado mal o bien, pues somos un espejo en el que se miran muchos jóvenes y, según lo que vean, así obrarán.
Son cuarenta días de pensar en lo que nos queda para sentir la esencia de las miradas.
Son cuarenta días de trabajo para oler su fragancia.
¡Son cuarenta días de amor!
Entregamos lo mejor de cada uno para intentar conseguir estos fines.
¡Que simple parece todo! ¿Verdad? Lo sería si fuésemos perfectos y eficaces. ¡Pero no lo somos! Somos humanos que pretendemos, con nuestras imperfecciones, acercar el reino de Dios a los hombres.
Si estamos en este trabajo, es por voluntad propia, nadie nos ha obligado. Sentimos la necesidad de, con ello, servir a su obra. De ser miembros activos de su proyecto de salvación.
Manuel Jesús Almonte Hijón
Va por ustedes
Quisiera, desde estas líneas, haceros llegar mis sentimientos.
De bien nacidos es ser agradecidos.
Otro año se ha pasado y no he estado con vosotros en la exornación de los pasos. Bien por motivos de trabajo o bien por mi otra pasión, la música, no he estado a la altura de lo que de mí se esperaba.
Os pido disculpas por ello.
Y agradezco a todos los que habéis quitado tiempo a vuestras familias, amigos o aficiones, para conseguir lo que habéis conseguido. Que me sienta orgulloso de pertenecer a la Hermandad que pertenezco.
Quiero dar las gracias, en primer lugar, al Hermano Mayor. Por hacer que en mi hermandad se respire el ambiente de fraternidad y sencillez que de su persona emana.
Gracias a los Priostes de los pasos. Por hacer que ese trabajo tan sufrido y no gratificado sea, a mis ojos, tan fácil y lindo de realizar. Para que siga siendo así. Para que sus horas de pensar y trabajar pasen desapercibidos por los que no lo realizamos. Para que todo sea perfecto. Para que todo esté bien.
Gracias a los colaboradores de esta hermandad. Su ayuda ha sido imprescindible para conseguir este proyecto: Que el pueblo de Manzanilla vea a Dios hecho hombre, caminando por nuestras calles.
A los capataces y contraguías. Porque sus palabras han sido las correctas al dar las ordenes acertadas.
A los costaleros. Que sabiéndose protagonistas, en la oscuridad de su trabajo, se ha notado su anonimato. Su buen hacer, como cada año, nos hizo creer en la ilusión de ver a Jesús y María a nuestro alcance.
A los Diputados de tramo. Por hacer que los nazarenos realizasen su estación de penitencia y discurriera la cofradía con la sobriedad y solemnidad que se merecen nuestros Titulares y nuestro pueblo.
A mis niños y niñas del Grupo Joven a los que tantas esperanzas tengo puestas de continuidad de nuestra hermandad. Por estar donde tienen que estar cuando se les solicita.
En los momentos de nerviosismo y preocupación del pueblo, se nota la imagen de los profesionales. En la salida de Nuestro Padre Jesús Nazareno se vivieron momentos de especial preocupación al aflojársele el brazo al Nazareno. La rápida y acertada actuación de Andrés David supuso que, al verlo subir la escalera, pensara para mis adentros: “tranquilo Manolo, haciéndolo Andrés David, saldrá bien”
No quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer a ese otro costalero, que se ha estrenado este año, su trabajo. Gracias “Padre”.
A los que se han quemado esta cuaresma. A los que han derramado lágrimas por su desesperación en los momentos de debilidad realizando sus labores. A los que estuvieron allí, dando el callo. A los que trajeron la comida en la madrugá del martes. A los que, con ojos legañosos, miran hacia nosotros. A ustedes, mis amigos. Gracias por hacerme, otro año más, merecedor de vuestra compañía.
Y a ti. Por tus palabras. Por tu compasión. Por tu sufrimiento. Por quemarte por nosotros. Por tus lágrimas. Por tu presencia siempre alegre y cordial. Gracias Antonio Juan. Gracias por hacerme participe de tu cariño y por hacer que en mi pueblo blanco de blancas casas se respire el aroma a incienso y azahar de esa manera tan especial. Gracias agradecidas. Gracias de mis ojos húmedos. Gracias de mi corazón acelerado. Gracias de mi mente soñadora. Gracias de mi alma jubilosa. Gracias de mis palabras cortadas por la emoción. Gracias por las miradas cómplices. Gracias por …
Manuel Jesús Almonte Hijón
1 comentario:
Esto es muy grande, amigos.
Tenemos una hermandad de gente humilde y luchadora.
¡Por favor! ¡Que esto no se acabe nunca!
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