(A Antoñita, a Anita, y a Manolita, mi madre)
Peón calafate que a gubia y cepillo
perfila de noble y bendita madera
la nao, galeón en que ya primavera
presenten al Hombre, recién un chiquillo.
Patrón que gobierna con voz y martillo.
Saetas, plegarias que endulzan la espera
de aquel Nazareno a quien hoy se lacera
y ayer cautivara en su gris Platerillo.
Oculta un faldón el trajín costalero,
corrientes en medio, pateros de esquina:
¡meced al Señor, de costero a costero!
Pasión de costal, oración de cuadrilla.
Marea de incienso que el cielo trasmina
y acerca la Gloria hasta ti, Manzanilla.
Enrique José Almonte Hijón
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