miércoles, 3 de marzo de 2010

Pasado y Presente, mi despedida.

La Cuaresma Pasada
Durante la cuaresma 2009, viví mis últimos días como Hermano Mayor de esta Hermandad. Tras 8 años en el cargo y compartiendo muchos momentos con los miembros de la Junta, con hermanos, costaleros, capataces, con nuestro Párroco…, con los que he vivido situaciones felices y duras, ilusionantes y desilusionantes, de mucho trabajo y sacrifio, pero siempre todos lo hemos hecho pensando en Dios, en Nuestra Iglesia y en Nuestros Sagrados Titulares.

Os pido disculpas por la tardanza en dar esta noticia, pero no he tenido fuerzas ni ganas para ponerme a escribir mi despedida como Hermano Mayor de esta Hermandad. Pero llegada la Cuaresma, es el momento de escribir estas líneas para agradecer sobre todo al pueblo de Manzanilla, a mi Junta de Gobierno y a mi familia.

Quiero nombrar a una persona que ha sido el pilar fundamental durante estos años que he estado en este cargo, esta persona que todos los días me animaba a seguir luchando por nuestra Hermandad y por nuestra Semana Santa, que siempre entendía que llegara tarde de las reuniones, o de estar haciendo cosas para la Hermandad. Sin ella no podría haber luchado tanto por este sueño, ella es mi Manuela.

GRACIAS a todas aquellas personas que me han ayudado a lo largo de estos años. Son muchas y enumerarlas sería interminable, porque son muchos los que de alguna forma u otra han colaborado con la Hermandad o me han ayudado personalmente para desarrollar mejor mi trabajo dentro de la Hermandad. Claro que dentro de este grupo de personas, tengo que destacar a todos los miembros de la Junta de Gobierno que han estado a mi lado, aunque algunos durante menos tiempo que otros, su labor siempre ha sido importante. Hay personas que me gustaría nombrar y destacar, empiezo por mi tío Antonio que todos los años viene hasta altas horas de la madrugada a poner las flores a los pasos con la ayuda de María Isabel, al “Nene” que coloca cada año la candelería del paso de palio, a los vestidores de la Virgen, Sara y Antonio, a las nuevas camaristas de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Mª José y Mª Cruz.

Cuando la Hermandad no salía a la calle y la Parroquia estaba en ruinas, había cuatro mujeres que seguían luchando por nuestras Imágenes, mujeres que le han dedicado toda la vida y se merecen todo el reconocimiento del mundo. Ellas son, Manolita, Antonia “la Pepina”, Pepa y Amelia.

A los capataces actuales D. Pepe Luis y D. Iván, y a quien lo fue durante muchos años D. José María. Y por supuesto, a los costaleros de los tres pasos.

Hay amigos que empezaron conmigo o que estuvieron en alguna etapa en la Junta y que han sido muy importantes para mí y la Hermandad como, Miguel Ángel, Manuel Pérez, Enrique, Josemi, Julio y Manuel “El pintor”.
La mayoría de los miembros de la Junta actual, están desde el principio de esta andadura y de los cuales estoy orgulloso de ser amigo. Miguel, el trabajador nato; Manuel Jesús, mi pregonero y el mejor relevo posible para Hermano Mayor; Andrés David, trabajo, disciplina, serenidad y entrega, en definitiva mi mano derecha; Iván y Pedro Ávalos, realizan un trabajo fundamental con los más jóvenes del pueblo de cara al futuro de la Hermandad, entregando para esta labor mucho de su tiempo libre; Manuel Gutiérrez y José Miguel, el futuro de la Hermandad, y que espero, estén mucho más tiempo en la Junta de Gobierno y aporten frescura; Luis Castizo, el trabajo bien hecho y la aportación siempre necesaria cuando se le requiere.

Dentro del grupo, hay una persona que trabaja sin descanso y vive para la Hermandad, desarrollando la labor más difícil de cualquier institución. Este hombre, que se merece toda mi gratitud, no es otro de D. Antonio Breval.

En la Junta de gobierno una labor importante del trabajo se lo llevan las mujeres y sin ellas no podríamos seguir adelante, Mª Ángeles, Mª José, Mª José Casado y María.

A D. Pedro Alberto Jiménez, Párroco de Manzanilla y Director Espiritual de la Hermandad durante esto años, de quien he aprendido muchos valores y me he enriquecido como persona, tenemos que agradecerle muchas cosas importantes que ha realizado, pero desde el punto de vista de la Hermandad sobre salen, la obra de la Parroquia, la creación del Grupo Joven de la Hermandad, nueva Imagen del Cristo Yacente de la Misericordia y asentar la Junta de Gobierno de la Hermandad, dándonos un camino a seguir.

Tras dar gracias, es hora de explicar un poco los motivos de mi dimisión, y que no son otros que, la falta de tiempo para la dedicación que este cargo conlleva, y también, para no faltar a la verdad, estaba un cansado y quemado por la falta de ayudas desde las Instituciones para seguir creciendo y desarrollando muchos proyectos para la juventud y el patrimonio del pueblo. De este modo, pensándolo fríamente durante mucho tiempo y con un gran dolor, tomé la decisión de dimitir, ya que estaba perdiendo la ilusión y no quería transmitir estos sentimientos a los demás miembros de la Junta e influyera en la Hermandad.

Para concluir espero que se cumplan mis dos grandes deseos para esta nuestra Hermandad, el primero, que el Grupo Joven de la Hermandad, es decir, el futuro de la misma, siga adelante porque hay chicos y chicas que valen mucho, y que van a ser personas muy importantes dentro de las Hermandades del pueblo. Mi otro deseo, es que mi Hermandad con su nuevo Hermano Mayor, mi amigo D. Manuel Jesús Almonte, continúe el camino que Nuestro Padre Jesús Nazareno nos marca. Y que sin duda alguna será el mejor guía para caminar por esta senda, persona que hace Hermandad, cofrade de nacimiento, cristiano y sobre todo gran persona.

De quien siempre llevará esta Hermandad en su corazón. Un abrazo en Xristo.


Antonio Juan Fernández Sánchez




La nueva Cuaresma


Comienza la Cuaresma y nos aprieta el acelerador en la cuenta atrás. Esa cuenta atrás que comenzó el Domingo de Resurrección y que nos dejó con la satisfacción del sabernos con los deberes cumplidos.

Atrás queda otro año de trabajo de esta Hermandad. Algunos no se verán los frutos hasta pasados unos meses, quizás un año. Otros, en cambio, se pueden o podrán observar en unos días.
Durante este período, la Hermandad ha sufrido un cambio traumático, en particular para éste que os escribe. En Agosto pasado se produjo un cambio en el cargo de Hermano Mayor. D. Antonio Juan Fernández Sánchez tomó la dura decisión personal de dejar el cargo por motivos de disponibilidad.los miembros de la Junta de Gobierno allí reunidos intentamos por todos los medios el hacerle recapacitar por su decisión. Sólo conseguíamos hacerle más dura su situación y decisión. Por ello y tras no menos de una hora deliberaciones aceptamos su dimisión. No os podéis hacer cargo del enorme clima de incertidumbre que respirábamos. Nos veíamos descabezados y con un enorme trabajo por delante que no podíamos abandonar. Embargados por la emoción, después de varias opciones y deliberaciones, se me eligió como Hermano Mayor por accidente, cargo que ocupo con mucho respeto por los hermanos a los que represento, respeto y debo, hasta que se convoquen elecciones cuando nuestras reglas sean aprobadas por el Obispado de Huelva. Y todo ello con el hándicap del precedente en la figura de Antonio Juan.
A partir de ahí he tenido que configurar una nueva Junta de Gobierno con los miembros que la componían y dos personas más de mi confianza a los que ofrecí su incorporación por su trabajo y amor a la Hermandad. Poco a poco nos vamos adaptando a la nueva situación, a la vez de seguir trabajando para poder salir a la calle con nuestros amantísimos titulares.
Otro cambio que hemos tenido que soportar es el del Director Espiritual. Como todos sabéis D. Alberto fue trasladado a otras ocupaciones en Septiembre. ¿Qué puedo decir de D. Alberto? Sólo gratitud. Gratitud por su apoyo y dirección en nuestros comienzos (él nos vio nacer). Gratitud por su comprensión en la multitud de “fallos” que cometimos. Gratitud por su persona conciliadora. Gratitud por sus logros conseguidos para Manzanilla. Por ser amigo. Por haberse puesto a nuestra altura y ser uno más de nosotros.
Con su espíritu de creatividad y de ir a más, nos inculcó la creación del Grupo Joven de nuestra hermandad. Integrada por chicos y chicas de catequesis de confirmación, nos prestan gran apoyo y tranquilidad al sabernos que “esto no queda aquí” sino que seguirá cuando nosotros ya no podamos continuar. Debido a ello, los bienes de la hermandad se vieron incrementados con la adquisición de la talla de La Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalén, más conocida como “la borriquita”.

A D. Alberto lo sustituye D. José Manuel Barral Martín. Poco tiempo llevamos caminando juntos, pero desde un principio nos bridó su amistad y ayuda. su doble ocupación de parroquias (Villalba y Manzanilla) no le resta disponibilidad para dedicarse a nuestras peticiones, a las que se presta con mucha sabiduría. Todavía es pronto para que se vean frutos, pero me atrevería a pronosticar una larga y provechosa cooperación entre nosotros.

Hace pocos días nos hemos cubierto de cenizas. Cenizas creadas por la consumición de las ramas de olivo sobrantes del Domingo de Ramos de 2009. Este hecho nos emplaza a seguir caminando pues faltan pocas fechas para que vuelva a ser Domingo de Ramos. Esto nos enlaza y enseña que el año transcurrido es apenas un suspiro que se suelta al viento. Cuando nos queramos dar cuenta, el tiempo se presenta y todo vuelve a ser igual. Las mismas preocupaciones. Los mismos problemas. Todo por resolver y con urgencia. Hay que estar presto y diligentes a ello. La Hermandad se lo merece, nuestros hermanos se lo merecen y nuestro pueblo se lo merece.
Para mí, este año se presenta irreal. Ya el año pasado lo fue, al sentirme pregonero de mi Semana Santa. Este año lo es por encarnar en mi persona la dirección de la cofradía. No sé si estaré a la altura que se merecen nuestras imágenes, ya que en estos años se han visto superadas años tras año nuestras pretensiones. Pero podéis estar seguros de que pondré toda mi sabiduría y la de mis colaboradores en que se consiga el éxito que os merecéis.
En ello confío porque me someto a Dios y a El evoco para que me de fuerzas.



Manuel Jesús Almonte Hijón