jueves, 24 de febrero de 2011

Primer escrito de D. Manuel Jesús Almonte, recien estrado Hermano Mayor

…Cielo y tierra pasarán, más mis palabras no pasarán…

He querido empezar con este párrafo del evangelio de San Lucas 31, 33, mi primera vez que me dirijo a vosotros como Hermano Mayor de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Y lo hago consciente de lo que implican esas palabras, pues aunque llevamos 9 años trabajando, es ahora cuando la hacemos oficialmente, ya que como algunos de ustedes sabéis, el pasado 16 de Abril de 2010 nuestra Hermandad está canónicamente constituida al ser aprobadas sus reglas por el Excmo. Sr. Obispo de Huelva D. José Vilaplana.

Siguiendo lo que disponen dichas reglas, se comenzó el período de elecciones con la exposición al público del censo de hermanos con derecho a voto y del plazo para presentar candidaturas a formar Junta de Gobierno, al que sólo se presentó la candidatura encabezada por éste que os escribe. Realizadas las votaciones por los hermanos que tenían ese derecho, comprobé que tenía el respaldo y apoyo de la totalidad de los votos. Por lo que os doy las gracias por vuestra confianza.

Y aquí estoy. O mejor dicho, estamos. Porque no estoy solo y, además, porque una gran parte de los miembros que forman esta Junta de Gobierno que me honro en encabezar, están aquí trabajando desde el comienzo de esta nueva andadura. En unos casos he tenido que sustituir a personas en los cargos por otros que también tienen gran capacidad de trabajo, son jóvenes y lo que es más importante, Amor a nuestra Hermandad y a sus titulares. En definitiva, Amor a Dios.

Las palabras del comienzo nos indican que todo es pasajero. Todo lo humano tiene un fin. Sin embargo, la palabra de Dios es eterna. Es eterna porque es verdadera., y nosotros nos encargamos de transmitirla de generación en generación lo mejor que sepamos. Para eso estamos aquí. No para hacernos los importantes, ni para sentarnos en los primeros bancos de la iglesia, ni para vanagloriarnos, sino para trabajar para que la palabra de Dios se siga escuchando en nuestro pueblo.

No quiero terminar sin dedicar unas palabras de gratitud a los amigos que conformaron en algún momento la Junta de esta Hermandad y que con su trabajo y dedicación hicieron que hoy la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno goce del respeto que goza en el pueblo y la ha hecho como es. Empezaré por José Antonio Carrasco Pérez que aún colabora con nosotros en lo que le pedimos y además, es como costalero. De José López Mateo que nos dejó para dedicarse a sus estudios de orfebrería. Fruto de esos estudios, nuestra Hermandad luce artículos salidos de la sabiduría de sus manos. De Miguel Angel Rodríguez Domínguez al que le debemos las gestiones para conseguir las Jarras de metal plateado que visten el paso de palio de Nuestra Señora de la Soledad, la elaboración de las medallas de hermanos con el anterior escudo corporativo y las varas de hermanos. De Manuel Pérez Rodríguez que nos dejó para preparar sus oposiciones y afianzar su futuro. De Manuel Martínez Gutiérrez, al que siempre encontramos dispuesto a trabajar para lo que le pedimos y sigue siendo costalero. De Julio Alvarez Pérez, al que a pesar del corto tiempo que estuvo en la Junta, dejó constancia de su sabiduría y sensatez, a demás de seguir trabajando para nosotros. Y como no, de Antonio Juan Fernández Sánchez. Artífice de todo esto. Gracias a su tesón, sabiduría, empeño, sacrificio en tantos y tantos problemas. Gracias a él, Manzanilla tiene una celebración de la Semana Santa seria y digna. Espero que mi gestión al frente de la Hermandad sea, como mínimo, la mitad de positiva que lo fue bajo su mando. Para ello os pido vuestra colaboración y ayuda en los proyectos y eventos que organicemos.

Sin más y deseándoles una buena Estación de Penitencia, reciban un saludo en Cristo nuestro Señor.

Manuel Jesús Almonte Hijón

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