martes, 8 de septiembre de 2009

Cena homenaje a nuestro Parroco

La Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y algunos miembros que pertenecieron a la misma, celebramos una cena homenaje a nuestro Director Espiritual D. Pedro Alberto Jimenez Quintero. Nuestro Parroco que tras 7 años en Manzanilla, nos dice adios el próximo Domingo 13 de Septiembre.

Su llegada al pueblo, coincidia con los comienzos de la reorganización de la Hermandad, su aportación desde el principio siempre fué muy útil, tanto para mí como Hermano Mayor como para la Hermandad.


Principalmente y sobre todo, hay que destacar el trabajo que realizó para llevar acabo las obras de la Parroquia, con todo lo que conlleva esto, constructora, pintura, carpinteria, bancos, campanas, etc.., además durante varios años llevó acabo una colecta economica entre los vecinos para ayudar el pago de las obras, una revista informativa de la Parroquia, Velás, tombolas, etc...
el resultado de tan duro trabajo ha sido el devolverle a nuestro pueblo aquella joya histotica que dabamos por perdida, Nuestra Iglesia, que tras la Bendición de Nuestro Obispo retomó su actividad normal.


Personalmente, y desde el punto de vista de la Hermandad, destaco de él que siempre a pensado en la juventud del pueblo, en crecer religiosamente y trabajar por lo que nos gusta sin dejar de lado la familia y los amigos. Don Pedro Alberto Jimenez fué el promotor para hacer el Grupo Joven de la Hermandad y la nueva imagen de la Sagrada Entrada de Jesús en Jerusalen, la cual procesiona el Domingo de Ramos. Además, la parroquia adquirió otra nueva imagen titular de nuestra Hermandad, el Cristo de la Misericordia, que realiza el Vía Crucis por las calles de nuestro pueblo el Viernes Santo.


Después de lo citado anteriormente y muchas otras cosas más ...., se merecia este detalle por parte de la Hermandad y de los asistentes.














Solo me queda decirle GRACIAS por todo padre.

martes, 1 de septiembre de 2009

X Velá de Verano



Esta foto de D. Juan Diego García, refleja la belleza de nuestro pueblo, pero hay ciertas cosas que no se pueden observar en una foto, y es sin duda el compromiso y la colaboración que tienen la mayoria de nuestros vecinos con esta nuestra Hermandad.

Desde mi punto de vista la décima velá veraniega comenzó algo floja, pero como si estuviese preparado, a las 23 h. más o menos, apereció nuestro Parroco D. Pedro Alberto Jimenez, que estaba recien llegado de Londres y como si los vecinos vienesen con él, la Plaza de Andalucia comenzó a llenarse y a tener un ámbiente único. Gracias a Dios todo salió como siempre, inmejorable, bueno puedo estar mejor de luz, pero en ésto bastante hicimos.

Personalmente quiero agredecer a todas las personas que colaboraron, antes, durante y después de la velá. Pero sobre todo a una persona que no lo está pasando muy bien y a pesar de todo estuvo colaborando con nosotros, para mí fué una alegria muy grande tenerlo allí. Verás como con la ayuda de Dios todo saldrá bien.

Sin más, espero y deseo que esto se repita cada año.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Gran Velá de Verano


Como cada año a finales de agosto nuestra Hermandad celebra la tradicional Velá (la original). Este año por las obras que se están realizando en la calle "Ventoso", disfrutaremos de la convivencia y de las buenas tapas en la Plaza de Andalucia durante la tarde-noche del dia 29 de Agosto.


A 3 de la madrugada se tirará el tradicional TORO DE FUEGO.


Esperamos vuestra asistencia y colaboración como cada año.



La Hermandad.

lunes, 10 de agosto de 2009

La pobreza de la Cruz.

Fue el patíbulo de Jesús. Donde entregó su vida para librarnos de los pecados.
Un árbol de muerte para recibir a la muerte.
Madera. Simple y llana madera. Sin adornos. Sin lujos. Sólo madera.
¿Por qué veneramos a la Cruz? ¿Porque allí murió Cristo? También murieron otras personas antes e incluso después de Él.
La cruz fue pobre. Desnuda. Fría.
Seguiría siendo así si sólo la mirásemos a ella como instrumento de muerte. Para comprenderla hay que asociarla a Cristo.
¿Porque somos morbosos? No. La veneramos por lo que representa. Porque en esa cruz terminó la vida terrenal nuestro redentor. Porque fue el inicio de la comprensión de sus enseñanzas.
Dios no mandó a su hijo para sacrificarlo (aunque lo consintió como muestra de inmenso amor al hombre), sino para redimir nuestras ofensas a Él. Su muerte en la madera inició la vida eterna y demostró su victoria. “Al tercer día resucitó”. Por lo tanto la cruz no es un símbolo de muerte, sino de salvación. De vida.
Los cristianos la representamos, en algunos casos, con incrustaciones de orfebrería, en metales preciosos, etc. No por adoración al símbolo sino para destacar ese instrumento de salvación. Nuestra cultura es muy dada a los símbolos y a engrandecer a los de importancia. Por ello y no por otro motivo se festeja la cruz. Se representan con lujos, con piedras preciosas, se realizan en metales nobles. En resumen, se le da importancia al símbolo no por el objeto en si, sino por lo que representó. No como madera en si, sino como un signo de la redención y signo principal del cristianismo.
Ciertamente Cristo resucitó. Ese es uno de los misterios fundamentales de nuestra Fe y no por ello debemos restar importancia al hecho de su muerte en esa cruz, pues con ese acto fuimos salvados por la sangre del cordero.



Manuel J. Almonte Hijón

lunes, 29 de junio de 2009

La Alegría de ser Cristiano

(A Pedro Alberto Jiménez Quintero)

Siempre la estamos buscando y, cuando creemos tenerla, se nos escapa de nuestras manos.
Vivimos entre desconciertos, fatigas, tristezas, lágrimas, pesares. Y buscamos, luchamos, sufrimos, e incluso nos engañamos, por conseguirla.
Nuestra religión es de ESPERANZA. Lo que sentimos en ella no es otra cosa que el aliciente de la vida para seguir confiando.
Las fiestas religiosas así nos lo recuerdan. Son fiestas de alegría, de ilusión, de hermandad. En ellas podemos comprobar que tras el “Valle de lágrimas” que cruzamos en nuestra vida durante un año, tenemos la recompensa de la explosión de felicidad al llegar las fiestas de nuestras creencias. Al celebrar el Reino de Dios entre nosotros.
Durante esos días, nos olvidamos de los problemas, de los rencores, de nuestras penas. Nos quitamos el velo enclaustrado del egoísmo y mostramos la que puede ser nuestra mejor cara. Se comparten las comidas con amigos. Las risas y los comentarios alegres son la tónica de las reuniones. Los días nos parecen horas y el cansancio desaparece de nuestros cuerpos. Se ha estado trabajando todo el año para que , cuando llegaran las fiestas, estemos preparados para disfrutar y convivir con nuestros amigos y seres queridos. Pero todo se acaba. Esos momentos de alegre convivencia, son fugaces y terminan con la vuelta a la realidad. A esa realidad diaria de lucha por vivir. Por ir pensando en lo duro del camino que nos ha tocado recorrer.
Nuestra Fe nos consuela con la “parábola” de la vida y nos asegura que tras el año de trabajo en este mundo, tendremos la recompensa de la ALEGRIA eterna en el Reino de Dios. La verdadera FELICIDAD, la sentiremos en el GOZO por haber encontrado a Dios. Por abrazar su luz y disfrutar de su presencia y amistad. Y esa fiesta, amigos míos, no tendrá fin.
Tened Fe, amigos. Tened constancia y sed perseverantes. No flaqueemos en nuestras creencias y transmitamos esta alegría a quienes nos rodean. Seamos ejemplo de de la Palabra y consigamos hacer ver que la temporalidad de esta alegría terrenal, es un canapé del gran banquete que disfrutaremos, y al que TODOS estamos invitados.




Manuel Jesús Almonte Hijón